Nuevo en el mundo de la magia. {Draco}

Después de tanto tiempo, mis padres al fin optaron por inscribirme en aquella escuela de la que siempre hablan. Hogwarts. Desde hacía tiempo que me habían instruido en ser un hechicero, pero nunca lo usé fuera de casa, o lejos de la supervisión de mis padres, era tan extraño estar entrando en este mundo lleno de magos y brujas. Como yo.

Me acompañaron hasta el andén 9 3/4, con todas las cosas que ellos mismos habían comprado para mi, todo era nuevo, todo habia estado en mis manos por muy poco tiempo excepto por mi varita. Ésta me la habían dado tan pronto como 'fuí apto para usarla', cosa que había pasado hace ya algunos años. Las personas caminaban y me veian con ojos curiosos, no todos los dias se ve a alguien caminando por ahi con tanto equipaje al descubierto, libros, material para pociones y algunas muestras básicas para Herbolaria. Les di un fuerte abrazo a ambos al mismo tiempo que caminaba con firmeza y velocidad hacia la pared de ladrillos. A un chico normal se le habría hecho algo estúpido pero a mi, consciente del mundo mágico, era algo más bien emocionante. Muy emocionante.

Todo lo demás pasó muy rápido, yo cruzando la pared, el expreso de Hogwarts, un tren sorprendente de un color escarlata vivo, entraba en uno de los vagones, conocí a un par de personas, el carrito de las golosinas. Y entonces en menos tiempo del que pensé, ya estabamos en las barcas que nos llevarían al castillo, cuando miré hacia arriba mi boca se abrió irremediablemente. Era el castillo más increible que haya visto en toda mi vida.

Después de la bienvenida, el rito del sombrero seleccionador (En el cual me puse algo nervioso, pero orgullosamente me puso en la casa de los Ravenclaw), y todas las demás cosas, salí por mi cuenta a los jardines. Después de todo era un estudiante de sexto año y gozaba de bastantes privilegios, las clases todavia no empezaban y solo queria darle otro vistazo al lugar, el follaje desprendia un olor a tierra mojada, a clorofila y a vida en general, todo era tan maravilloso. Me acosté en el pasto, acomodando mi nueva túnica para que no me estorbara y miré el cielo nublado de Escocia, un cielo hermoso.